Tener un bebé es una experiencia realmente hermosa. Aunque es un tanto dolorosa, la alegría y la emoción que rodean a una nueva madre y su hijo es completamente insuperable. Nadie se imagina la peor cosa que puede suceder cuando te pones a pensar en lo que realmente supone tener un bebé.
Todo el asunto que conlleva un parto puede ser bastante peligroso. Un embarazo saludable puede tomar de repente un giro cuando llega el momento de traer al mundo a tu bebé, y a veces estas complicaciones pueden acabar en tragedia.
Esta historia demuestra que no importa cuán probable parezca que vaya a ocurrir una tragedia, nunca es demasiado tarde para intentar salvar una vida.
La alegría del bebé de los Cawley
Estos son Shelly y Jeremy Cawley, que están impacientes por que nazca su primera hija, Rylan. La joven familia es como cualquier otra, comprando ropa para su futuro bebé, y haciendo todas las cosas necesarias para anticipar la llegada de un nuevo miembro. Todo parecía que iba muy bien.
Rylan nació en una habitación frenética
Normalmente, el momento en que nace un bebé es la culminación de meses de esperanza y horas de un trabajo agonizante. Todo el mundo celebra el nacimiento y luego se van a casa. Sin embargo este no fue el caso para los Cawleys. Tan pronto como nació Rylan, Shelly desarrolló un peligroso coágulo de sangre.
La pesadilla que nadie podía creer
Shelly desarrolló un coágulo de sangre que estaba obstruyendo sus arterias principales. Aunque Rylan nació sano, Shelly estaba luchando por su vida. Ella en realidad perdió esa pelea. Los doctores pronunciaron la temible frase que nadie quiere escuchar “Está muerta”.
Nada se podía hacer al respecto… ¿O tal vez sí?. Como un último esfuerzo para traer a Shelly de vuelta, los doctores hicieron algo más intuitivo que científico. Pusieron a Rylan en el pecho de Shelly donde hicieron contacto piel con piel por primera vez.
Esta es la definición de un auténtico Milagro
Cuando pusieron a Rylan en el pecho de Shelly, algo realmente increíble ocurrió. Shelly empezó a mostrar signos de vida. Puede que fuese una intervención divina, o puede que sea el auténtico poder del instinto materno… En todo caso, por asombro de todo el mundo ¡Shelly había vuelto a la vida!
Un año después, la familia es todo sonrisas y goza de una salud envidiable. Sin embargo, han adquirido una nueva forma de ver la vida, apreciando mucho más todas las cosas pequeñas del día a día. El amor es algo realmente poderoso, quizás la fuerza más poderosa de la tierra.