Gemma Cottam, tuvo este lunar por 10 años y un día decidió ir a que se lo removieran porque había comenzado a enredarse con su cabello. Seis semanas más tarde, le dieron la devastadora noticia de que era un melanoma, el tipo más mortal de cáncer de piel. Después, los médicos revelaron que el cáncer se había extendido y que necesitaba una operación para eliminar sus ganglios linfáticos, dejándola con una enorme cicatriz desde su oído hasta su cuello y barbilla.
Gemma Cottam, de 25 años, posando con su prometido Paul Welsh, antes de que le retiraran el lunar canceroso.
Gemma tuvo que someterse a una cirugía para extraer sus ganglios linfáticos del cuello después de que los médicos le dijeran que el cáncer se había extendido.
La cirugía para extirpar sus ganglios linfáticos le dejó con una gran cicatriz.
Pero ahora Gemma se está recuperando muy bien después de las dos operaciones que eliminaron los nodos y ganglios de su cuello.
Es por eso que esta valiente mujer quiere ahora animar a otras personas a chequear sus lunares, pues el suyo resultó ser un melanoma potencialmente letal.
Recuerda que si lo descubres a tiempo tus probabilidades de recuperación total con realmente alentadoras.